La Fundación, como uno de los pilares sobre los que se sustenta la Responsabilidad Social Corporativa de Talgo, trabaja conjuntamente con su fundadora en un compromiso común como es el bienestar social, económico y medioambiental de la sociedad con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las sociedades en las que estamos presentes.

Al igual que la plantilla de Talgo, desde la Fundación sentimos orgullo de pertenecer a una empresa que tiene unos valores éticos férreos aplicando los mismos tanto dentro, como fuera de ambas organizaciones, los cuales ha llevado a alcanzar el lugar y prestigio que merece en la sociedad.

Desde el principio la estrategia de la Fundación ha sido adaptada a la estrategia de Talgo. A pesar de ello, la Fundación ha optado por el modelo mixto de relación, de tal manera que existe una misma visión, alineación y vinculación para trabajar en el mismo sentido, pero a su vez ambas también tienen vida propia o una independencia que les hace trabajar de formas diferentes, una en el campo de la I+D+i y la otra el fomento, defensa/promoción de I+D+i, integración socio-cultural, etc.

Se trata de uno de los valores que engloba tanto al Gobierno Corporativo, como a la gestión diaria de la Fundación.

Desde el principio, la Fundación ha querido tener un compromiso con la sociedad, pero esto es imposible de alcanzar si no se cumplen por lo menos unos mínimos legales.

En la Fundación no queremos quedarnos ahí, por ello trabajamos para conseguir superar esos mínimos; es por eso que una de las primeras medidas que se tomaron una vez constituida la Fundación fue la de elaborar y aprobar tanto el Código Ético de Buen Gobierno, como la Política de Conflictos de Interés.

Pero lejos de quedarnos ahí, también se firmó por parte de todos los miembros del Patronato (máximo órgano de gobierno de la Fundación) ambos documentos para demostrar el fiel cumplimiento de los mismos para alcanzar una mayor eficiencia y transparencia en nuestra gestión diaria.

Valor fundamental sin el cual es imposible alcanzar el bien común. Para tenerlo es imprescindible no sólo conocer los Derechos Humanos, sino también cumplirlos y defenderlos en todo momento.

Si bien es cierto que el respeto comienza en la persona, la Fundación quiere ir más lejos, de esta forma considera que todos tenemos que respetar a la sociedad, por lo que exige tanto a sus colaboradores, como a sus proveedores que cumplan con los Derechos Humanos.

La Fundación hace una apuesta fuerte por la Innovación como un factor para liderar el tercer sector tanto dentro como fuera de España.

La innovación es una de las herramientas estratégicas que da solución a algunos de los retos a los que nos enfrentamos en el sector fundacional, como son el ser económicamente sostenibles, perdurables en el tiempo, garantizar y mejorar tanto la calidad, como los impactos de los proyectos, entre otros.

Desde el punto de vista de la Fundación, la objetividad radica en aceptar la realidad, lo que conduce a actuar en consecuencia de forma imparcial y actuando sin prejuicio alguno.

Por todo ello, queremos ser tan claros como objetivos con nuestros fines, sin dejar de lado nuestra posición y el cómo podemos actuar para colaborar con las necesidades de la sociedad.

En la Fundación Talgo, somos consecuentes con nuestra filosofía de hacer las cosas bien, esto sólo es posible si siempre trabajamos siendo fieles a nuestra misión, visión, valores y objetivos, llegando a ellos de forma honrada e íntegra.